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El síndrome de ojo seco es una falta crónica de suficiente lubricación y humedad en la superficie ocular debido a una disminución de la cantidad o de la calidad de la lágrima natural. Según la gravedad de la sequedad se clasifica en leve, moderado o grave, siendo en la actualidad muy frecuente, entre el 10 al 15% de la población adulta.

¿Cuales son los síntomas del ojo seco?

Los síntomas que puede producir son picor, irritación sensación de arenilla, escozor, fotofobia (intolerancia a la luz excesiva), visión borrosa, dificultad para abrir los ojos al despertar,…

¿Qué causa el ojo seco?

La producción de lágrimas generalmente disminuye con la edad. A pesar de que el ojo seco puede ocurrir en hombres y en mujeres a cualquier edad, las mujeres son las más afectadas sobre todo durante la menopausia. A parte de la edad y el sexo intervienen muchos otros factores. Entre ellos factores ambientales ( calefacción, aire acondicionado, viento, sequedad…) y numerosos medicamentos ( antidepresivos, antihistamínicos…).

¿Cuál es su tratamiento?

No hay curación para el síndrome del ojo seco. Sin embargo hay una serie de medidas ambientales y tratamiento médico que pueden mejorarlo hasta hacer desparecer totalmente las molestias oculares. El tratamiento inicialmente consiste en la instilación de lágrimas artificiales para humectar la superficie ocular.

Llevo tiempo echándome lágrimas y no mejoro ¿se podría hacer algo más?

Sí. Hoy en día disponemos de dos alternativas que nos sirven de gran ayuda al tratamiento de los casos moderados o graves.

-Por un lado los tapones lagrimales.

Se trata unos diminutos tapones que colocamos en el punto lagrimal para evitar que la lágrima abandone la superficie ocular. Se colocan en consulta con anestesia local (gotas) y no molestan ni se ven después. Se pueden dejar por tiempo indefinido o quitar si el paciente mejora mucho de sus síntomas y le llora el ojo. También disponemos de tapones reabsorbibles que duran solo unos tres meses.

-Sueros autólogos. Los sueros autólogos se emplean como colirio y se preparan a partir de suero del paciente en el laboratorio para lo que se le realiza una extracción de sangre. Suponen un gran adelanto en el tratamiento pues además de proporcionar lubricación a la superficie ocular llevan inmunoglobulinas, enzimas, y numerosas sustancias que defienden al ojo de posibles agentes externos e infecciones.

 

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