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El estrabismo es un defecto visual que se caracteriza por la falta de alineación de los ojos que apuntan hacia direcciones diferentes. Ésta enfermedad es común entre niños, presentándose también entre un 1 y un 2 % de la población adulta- normalmente aparece durante la infancia en los primeros años de vida y la forma adquirida, en adultos como resultado más frecuente secundario a un problema de enfermedad tiroidea o a una parálisis de los nervios craneales.

La desviación del ojo tiene como consecuencia  que el cerebro reciba dos mensajes  diferentes. En los niños pequeños, el cerebro lo que hace es ignorar la imagen que recibe correspondiente al ojo desviado mientras que procesa detalladamente la información recibida del ojo que está derecho o sin desviación. Como resultado el ojo desviado se convierte en ambliope o vago.

El estrabismo así mismo, está frecuentemente acompañado de un defecto o ausencia de visión binocular, lo cual disminuye la percepción en 3D resultando en una perdida de profundidad de la imagen.

Los padres deben darse cuenta de si su hijo desvía un ojo y hacerlo ver por el especialista para que evalúe la desviación. Muchas veces la desviación desaparece con el uso de gafas y/o con ejercicios. A veces es necesaria la cirugía de los músculos extraoculares. En cualquier caso, el diagnóstico y tratamiento temprano permite mejores resultados tanto visuales como estéticos.

Una vez el sistema visual se ha desarrollado, lo que ocurre en niños mayores de 8 años y en adultos, el estrabismo puede producir visión doble o diplopía, cansancio visual, discomfort en la lectura y dolores de cabeza.

Los adultos sin historia previa de estrabismo durante la infancia, que debutan con estrabismo deben ser sometidos a una evaluación exhaustiva para descartar patologías médicas o neurológicas que pudieran ser las causantes como diabetes, hipertensión arterial, enfermedad tiroidea, miastenia gravis, tumor cerebral, accidente cerebro-vascular.

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